Salsa Ramen. Un sol.

Maldición. Bueno, se acaba de borrar todo lo que ya había avanzado. Decía que bueno, haremos una pausa a esta suceción de cosas sin precio para aventurarnos en algo mayor. Un Nuevo Sol frente a la necesidad más buscada, el hambre. Claro, si el hombre solo tuviese que reponer la energía consumiría esas pepas para perros con vitaminas, proteínas y carbohidratos todos los días. Sin duda, alimentarse no es solo algo fisiológico sino cultural y un tanto más comodón en la boca. Y así fue como un producto masivo, símbolo de la modernidad, se transforma en mi almuerzo interdiario, si tengo suerte.

Ingredientes: Leche, mantequilla, harina (Todo está en tu cocina, si tienes una.)

Opcional: Salsa Hoisin (Ya vimos como obtenerla gratuitamente) y Cerdo asado. (Si es Ramen Pollo, le pones pollo).

PD: Próximamente reunión-clase práctica del mov. Ramen experimental en alguna cocina cercana. Se avisará el día y la hora. La entrada será un paquete Ramen de cualquier sabor.

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No cualquier salsa.

Todo esto me recuerda al otro día en el que no tenía ni una moneda en el bolsillo y decidí almorzar. Había pollo en la refrigeradora pero ninguna salsa que ponerle. Pensé en ponerle tamarindo, aunque no lo tuviese, alguien me lo daría. Fui entonces al supermercado donde venden bocaditos chinos y le comenté al encargado si me podía regalar tamarindo. Él me dio un poco en una bolsita y además me recomendó ponerle hoisin al pollo. Quedo mucho mejor con hoisin que con tamarindo y de regreso se me ocurrió esto. Todo lo que puedes conseguir gratis en Lima sin un sol.

Objeto/Servicio: Hoisin, Tamarindo, Sillao, Limón, Ají

Lugar: Dim Sum (Bocaditos Chinos) de Wong y Metro.

Nota: Por favor y en caso extremos explicar tu caso.

Dificultad: Ninguna.


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Tenemos a la esperanza como un operador.

Nuestra sociedad se basa en el exedente de producción de mercancías. Éste exedente se intercambia  por otros en un sistema que les agrega valor para obtener beneficio. De alguna forma es como cuando tienes dos libros exactamente iguales y sólo «necesitas» uno. Qué haces con el otro. Si está en una tienda lo vendes. Si está en tu casa y un amigo lo ve y le gusta, no te molestaría en nada regalárselo. En la mayoría de casos no se lo venderás a menos que sea un objeto de muy alto valor pues no está en un espacio de comercio. (Tomando en cuenta que es tu amigo-pariente). Si tienes un tarro de leche medio abierto en la alacena y una persona entra a tu casa, nunca te ofrecerá dinero por él. Usualmente irá a una tienda, pero bueno. El caso es que existen factores que determinan el precio de las mercancías como el precio-costo, el parentesco con el comprador del producto, la demanda y la oferta, el conocimiento que tenga el comprador sobre el producto o la idea que se tenga en el imaginario del producto, entre varios otros.

Un factor que influencia bastante es la idea de parentesco con el comprador. A tu hermana no le cobrarás el mismo precio, por un servicio, que a un turista. Igual con los amigos, o con las personas con las cuales deseas iniciar una suerte de relación. A tu jefe probablemente le des un precio menor para poder fomentar el compañerismo. Entonces una de las estrategias que usaremos aquí será el factor de parentesco – confianza. Sin duda alguna más e indudablemente mezclandolo todo. ¿Con qué propósito? Entender el mecanismo de estos factores y aplicarlos como beneficio.

Espero nunca más tener que infectar esta página con algo tan teórico.

La Lima gratuita. Lima sin precio.

Nada metafísico de sonrisas en los buses, tenemos hambre.

ξ

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